Aseguran que “justos pagan por pecadores”
Un video difundido recientemente por el programa Panorama ha encendido las alarmas en el Callao y Lima Metropolitana. En él, un cabecilla de una banda criminal peruana lanza una advertencia directa a las organizaciones delictivas extranjeras, particularmente venezolanas: “¡Salgan de acá!”. No se trata de una declaración política ni de una manifestación ciudadana, sino de una amenaza frontal desde el corazón del hampa local.
El líder chalaco, rostro cubierto y armado, habló en nombre de varias pandillas del primer puerto. “Aquí estamos los chalacos, una sola idea, compadre. Todos contra todos ustedes”. Así dio inicio a una nueva etapa en una guerra criminal que viene escalando sin control, enfrentando a grupos locales y extranjeros en una disputa violenta por el control del sicariato, las extorsiones y el cobro de cupos.
El asesinato de dos transportistas chalacos el pasado 10 de abril, en menos de dos horas, marcó un punto de quiebre. Las imágenes de los crímenes se viralizaron en redes sociales, encendiendo los ánimos entre las pandillas locales, que se autodenominan “las reales familias del crimen”. Estas bandas, provenientes de zonas como Castilla, Salón, Barrio Cinco, Zona Sur y Los Barracones, no tardaron en organizar una respuesta.
Durante el reportaje, miembros encapuchados mostraron armas de fuego, una pistola semiautomática y un revólver calibre 38, y anunciaron el inicio de una “limpieza” de extranjeros. “Comenzamos con el Callao. Vamos a hacer limpieza en todo el Callao”, aseguró uno de ellos, con tono desafiante.
La amenaza ha ido más allá del mundo delictivo. El discurso se ha propagado por los barrios más conflictivos del Callao, donde ya no se distingue entre culpables e inocentes. “Cualquiera que veamos haciendo delivery, así lo vamos a bajar también”, dijo otro pandillero. La frase “justos por pecadores” ha tomado fuerza como justificación para atacar indiscriminadamente a ciudadanos extranjeros, incluso aquellos sin antecedentes.
Mientras tanto, el Estado peruano intenta contener el caos. Aunque se han decretado estados de emergencia, los vecinos del Callao aseguran que la situación no mejora. “Todo está mal acá. Todo es extorsión, todo es asesinato. Nadie quiere trabajar. Todos quieren plata fácil”, relató un residente al equipo de Panorama.
Ante el desborde de violencia, expertos como el ex teniente general de la Policía Nacional, Gastón Rodríguez, proponen el uso de tecnología de rastreo. Entre las medidas sugeridas, destaca un botón de pánico que permita geolocalizar las amenazas emitidas desde un celular.
Sin embargo, en medio de este clima tenso, también surgen voces que apuestan por la paz. Jóvenes chalacos agrupados en el colectivo Barrio Bendito promueven un mensaje diferente a través de la música urbana. “Nosotros hacemos música con conciencia”, dijo uno de sus integrantes, tratando de alejar a otros jóvenes del camino de la violencia.
Pero el mensaje de odio continúa ganando terreno. En varios puntos del Callao han aparecido murales con advertencias contra grupos extranjeros, y en redes sociales se viralizan videos con frases como: “Prohibido pasar al Callao. Cada delivery que pase por nuestra zona va a ser tumbado”.
El miedo se ha instalado en la rutina diaria. En el transporte público, los pasajeros evitan sentarse cerca de los conductores, temiendo ser víctimas colaterales. El Callao vive atrapado entre bandas armadas que buscan imponer su ley y un Estado que aún no logra recuperar el control de sus calles.