En el primer puerto, donde muchas familias aún dependen del agua almacenada o sin tratamiento constante, hervir el agua sigue siendo una práctica cotidiana. Sin embargo, no todos conocen que hacerlo mal puede dejar vivas a las bacterias, virus y parásitos que causan enfermedades gastrointestinales, como el Helicobacter pylori.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., hervir el agua correctamente es la forma más efectiva de eliminar microorganismos. ¿La clave? Dejarla hervir —burbujeando intensamente— durante al menos 1 a 2 minutos. En lugares como Ventanilla Alta o zonas alejadas del centro del Callao, donde las viviendas están a mayor altitud, se recomienda hervirla por 3 minutos.
El problema viene cuando se usan hervidores eléctricos comunes, muy populares por su rapidez. Estos aparatos suelen apagarse antes de que el agua hierva el tiempo necesario, lo que impide una desinfección adecuada. Es mejor usar una olla o tetera tradicional y dejar enfriar el agua naturalmente antes de almacenarla en un recipiente limpio y tapado.
Además, si el agua está turbia, hay que filtrarla antes. Un simple paño limpio o una toalla de papel puede ayudar a eliminar impurezas visibles, pero siempre debe terminarse con un buen hervor.
En el Callao, donde el acceso al agua segura aún es desigual, hervir correctamente puede ser la diferencia entre la salud y una infección. Una olla, paciencia y buena información son, hoy por hoy, herramientas de primera necesidad.