Con la llegada del invierno, muchos dueños buscan proteger a sus perros y gatos del frío con prendas de vestir, sin saber que el uso prolongado de ropa puede causar serios problemas dermatológicos. La médico veterinaria Cecilia Padilla advierte que esta práctica, aunque bien intencionada, puede resultar perjudicial si se convierte en algo habitual. Irritaciones, alergias, pérdida de pelo e incluso heridas son algunas de las consecuencias de mantener a las mascotas vestidas durante muchas horas al día.
Padilla señala que la fricción constante, la falta de ventilación y la acumulación de humedad bajo la ropa generan un ambiente propicio para hongos y bacterias. Además, algunas telas pueden causar enrojecimiento o reacciones alérgicas. “Nos damos cuenta cuando la mascota comienza a rascarse sin parar o se ve incómoda”, explica. Por eso, recomienda observar cambios en su comportamiento o aspecto físico para actuar a tiempo. El pelaje de los animales, recalca, es su principal barrera protectora.
Para proteger adecuadamente a perros y gatos del frío, la experta recomienda evitar paseos en horas de baja temperatura, secarlos bien si se mojan y mantenerlos en un ambiente cálido y seco. También enfatiza la importancia de una buena alimentación, que fortalezca su sistema inmunológico y su piel. La ropa debe ser usada solo en momentos puntuales, como una salida corta, y nunca debe permanecer puesta durante todo el día.
En resumen, el mejor abrigo para una mascota es el cuidado responsable. Humanizar a los animales puede llevar a errores como vestirlos innecesariamente. “La ropa no es mala en sí, pero debe usarse con criterio”, concluye Padilla. Entender las necesidades reales de nuestras mascotas es clave para protegerlas sin afectar su bienestar.