Según el Minsa.
Muchas personas optan por ingerir bebidas energizantes con frecuencia en su día a día para poder tener energía y reducir la fatiga que generan las actividades cotidianas. Sin embargo, muchos desconocen que su consumo excesivo puede desencadenar problemas en su salud.
Respecto a ello, el Ministerio de Salud (Minsa) a través de especialistas del Instituto Nacional de Salud (INS), advirtió sobre los riesgos que generan estos líquidos, especialmente en su impacto en el corazón y el cerebro.
¿Qué contienen los energizantes?
Estas bebidas se caracterizan por tener como principal ingrediente a la cafeína, cuya cantidad en una solo porción puede ser equivalente a entre 1 y 4 tazas de café. También contiene taurina y azúcar, las cuales al estar mezcladas estimulan el sistema nervioso y las contracciones cardíacas, provocando palpitaciones, arritmias, insomnio, aumento de la presión arterial e incluso convulsiones o accidentes cerebrovasculares en casos extremos.
La alta concentración de azúcar en estas bebidas (entre 6 y 12 cucharaditas por porción) puede llevar al sobrepeso, diabetes tipo 2 y caries, sobrepasando la recomendación de la OMS de consumir menos de 50 gramos de azúcar al día.
Reemplazar por alimentos saludables
El nutricionista del Centro Nacional de Alimentación, Nutrición y Vida Saludable (Cenan), César Domínguez, recomienda reemplazar estas bebidas por agua pura o refrescos naturales bajos en azúcar.
¿Quiénes son más vulnerables a estas bebidas?
Los niños y adolescentes menores de 18 años, mujeres embarazadas y madres lactantes, son la población más vulnerable a los efectos que trae el consumo excesivo de estas bebidas energizantes. Cabe señalar que estos riesgos se pueden empeorar en personas que tienen afecciones preexistentes a nivel cerebral o cardíaco.
En ese sentido, los conductores de transporte público y de carga pesada o personas que tengan largas jornadas trabajo representan un grupo de riesgo, ya que suelen ingerir bebidas energizantes para mantenerse despiertos durante su horario laboral. Esto puede comprometer su salud y seguridad vial, ya que cualquier alteración en el corazón o el cerebro podría generar la pérdida de control del vehículo o de las actividades que esté realizando.