En las escuelas de Carmen de la Legua Reynoso, la tierra empieza a hablar. Son los niños quienes la remueven, la riegan y la transforman en vida. En un rincón del Callao, el Programa Nacional de Alimentación Escolar Comunitaria del Midis y la Municipalidad distrital vienen sembrando mucho más que plantas: siembran conciencia.
Estudiantes de cuatro instituciones educativas públicas —Nuestra Señora del Monte Carmelo, San Martín de Porres, Bandera de la Paz y Leopoldo Pérez Salmón— participaron en talleres prácticos de biohuertos y compostaje. Aprendieron a diferenciar residuos, a reciclar con intención y a comprender el ciclo natural de la vida en su entorno más cercano: la escuela.
En la I.E. 5041, por ejemplo, los alumnos prepararon compost con sus propias manos. Descubrieron qué materiales sirven, cómo se equilibran residuos secos y húmedos, y por qué es importante lo que tiramos. Pero también entendieron que del compost nace el huerto, y del huerto pueden salir alimentos frescos para su comunidad.
La meta de estos talleres no es sólo ecológica. Busca crear espacios educativos sostenibles que refuercen la nutrición, mejoren la salud y acerquen a los más pequeños a un entorno más limpio y justo. Más de 200 escolares ya han sido parte. Porque en el Callao, cuidar el ambiente también empieza en el recreo.