La mosca soldado negra (Hermetia illucens) está revolucionando la sostenibilidad en la Amazonía peruana. Este insecto, inofensivo y altamente eficiente, se alimenta de residuos orgánicos durante su fase larval, transformándolos en insumos valiosos como fertilizante natural (frass) y proteína para la alimentación animal. Su uso ha ganado protagonismo en prácticas como la piscicultura familiar, donde sustituye a la costosa harina de pescado, generando ahorros y fortaleciendo la economía local. Según el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), se trata de una solución clave en el marco de la economía circular.
Durante su fase larval, la mosca consume grandes cantidades de desechos orgánicos provenientes de hogares y actividades agrícolas. Al no permitir que llegue a la adultez —cuando ya solo bebe agua y no se alimenta—, se aprovecha su altísimo contenido proteico para alimentar peces amazónicos, mejorando su crecimiento y reduciendo el impacto ambiental. “Es una alternativa eficiente y sostenible frente a fuentes proteicas convencionales y caras”, explicó Miriam Alván, bióloga del IIAP.
Pero el impacto va más allá del medio ambiente: las comunidades que adoptan esta práctica también reactivan sus economías locales, acceden a insumos accesibles y contribuyen a una producción alimentaria más segura y sostenible. Además, el frass que generan las larvas al digerir los residuos mejora la fertilidad del suelo, promueve la biodiversidad microbiana y ayuda a retener la humedad, lo que lo convierte en un abono ideal para cultivos regionales.
Aunque su nombre evoque escenas de combate, esta “soldado” no representa amenaza alguna. No transmite enfermedades, no pica y, más bien, se inmola al servicio de otras especies. Convertir basura en proteínas, reducir costos, mejorar suelos y alimentar peces son solo algunas de sus funciones. En un rincón de la Amazonía, esta pequeña aliada podría ser clave para construir un futuro más verde, eficiente y resiliente.