Una de las opciones para calmar el calor mediante el dulce es el helado.
Cuando saborea su helado favorito ante las altas temperaturas, genera una satisfacción sin igual. Ese dulzor recorriendo su garganta hasta aplacar aquel sofocante calor, no tiene precio. Pero, ¿sabe distinguir si esas montañas de helado de colores intensos son buenos para su salud? ¿Sabe lo que está tomando su hijo?
A continuación le mostraremos de qué manera reconocer un buen helado en sus diferentes tipos, según el Ministerio de Producción (PRODUCE):
Helados de crema: deben tener un alto contenido de grasa comestible y un mínimo de sólidos lácteos no grasos, correspondientes a 6 %.
Helados de leche: debe predominar el contenido de sólidos lácteos, sin considerar los azúcares.
Helados de agua: elaborados con agua potable, azúcar, esencias autorizadas o jugos de frutas y en algunos casos, glucosa y espesantes.
No obstante, se debe considerar el olor y color del producto; de textura suave y apariencia atractiva, consistente y sin presentar hielo visible ni cristales de lactosa. Además, verificar que esté libre de gránulos de grasa y de sustancias o partículas extrañas.
Respecto al etiquetado, se debe tener en cuenta lo siguiente:
Fecha de vencimiento
Datos del producto
Ingredientes
Grado de conservación en frío
Información nutricional (porción, energía y nutrientes)
Cabe resaltar que para asegurar la calidad del producto, los helados blandos se deben congelar en máximo -5 °C. Pero, por lo general, lo conservan a temperatura máxima de -16 °C.
Así que ya sabe, siga estas recomendaciones a fin de adquirir y/o conservar su antojo y no se vea arruinado.