Tras el sismo ocurrido el domingo 15 de junio, que alcanzó una magnitud de 6.1 y tuvo como epicentro el mar frente al Callao, una escena captada en pleno culto evangélico ha sacudido también las redes sociales. La pastora Nélida Rojas, líder de la iglesia “El Gran Yo Soy” en San Martín de Porres, no solo no interrumpió su prédica, sino que pidió a sus fieles que no se movieran y elevó la voz pidiendo a Dios que “el temblor sea más fuerte”.
“¡Más fuerte, Padre, más fuerte, aleluya!”, gritaba, mientras el suelo temblaba y algunos asistentes miraban a su alrededor con evidente temor. La pastora, lejos de invitar a evacuar o tomar precauciones, pidió a los asistentes quedarse en sus lugares. “¡No se muevan, sigan alabando!”, ordenó, exponiendo a decenas de fieles a un posible peligro.
El Instituto Geofísico del Perú (IGP) precisó que el epicentro se localizó a 30 km al suroeste del Callao, con una profundidad de 49 km. El sismo fue sentido con fuerza en Lima Metropolitana y dejó daños menores, además del fallecimiento de un joven mototaxista en Independencia, tras el colapso de una pared.
En el Callao, los vecinos salieron a las calles con el recuerdo fresco de anteriores movimientos sísmicos. Muchas viviendas vibraron con fuerza, especialmente en zonas como La Perla y el Cercado. El primer puerto, que se encuentra sobre una de las zonas más sensibles frente a eventos telúricos, fue epicentro geográfico y emocional de la jornada.
Mientras tanto, las palabras de la pastora siguen generando debate entre la fe y la responsabilidad. En el Callao, donde el sismo se sintió con toda su fuerza, también se siente la preocupación por la forma en que se manejan estas situaciones, incluso desde el púlpito.