Cada vez que en el calendario aparece un viernes 13, muchos se ponen nerviosos. ¿Casualidad o destino? ¿Mala suerte asegurada o puro cuento? Lo cierto es que esta fecha tiene una larga historia de superstición, miedo y buen material para películas de terror.
¿Por qué tanto drama con el viernes 13?
La combinación del número 13 y el día viernes ha sido vista durante siglos como de mal augurio. El miedo a esta fecha incluso tiene nombre clínico: parascevedecatriafobia (sí, ni intentemos pronunciarlo). También se le dice friggatriscaidecafobia, en referencia a Frigga, la diosa nórdica del amor y de los viernes. Cosas de la mitología.
Los vikingos ya recelaban del 13. En una leyenda, Loki, el dios del caos, se cuela como el invitado número 13 en una cena divina y provoca la muerte de otro dios. Desde entonces, el 13 quedó marcado.
El cristianismo también tiene lo suyo
Con el tiempo, el cristianismo le echó más leña al fuego: Jesús fue crucificado un viernes, en la Última Cena había 13 personas, y el capítulo 13 del Apocalipsis habla del anticristo. Sumemos también que, según la Cábala judía, hay 13 espíritus malignos. ¿Coincidencias? Tal vez. Pero suficientes como para que la superstición prenda.
¿Y qué pasó el viernes 13 más trágico de todos?
La historia tiene su punto de quiebre el viernes 13 de octubre de 1307. Ese día, el rey Felipe IV de Francia ordenó la captura masiva de los Caballeros Templarios. Acusados de herejía y prácticas secretas, fueron arrestados, torturados y muchos quemados en la hoguera. Entre ellos, Jacques de Molay, el Gran Maestre de la orden. Todo esto con el visto bueno (o el silencio) del Papa Clemente V. Un viernes 13 negro como el carbón.
De Hollywood al imaginario colectivo
La leyenda moderna del viernes 13 como un día «maldito» también tiene mucho que agradecerle al cine. En 1980, la película Friday the 13th convirtió esta fecha en sinónimo de cuchillos, máscaras de hockey y adolescentes corriendo en el bosque. El resto es historia del cine de terror.
Curiosamente, no hay pruebas reales de que este día tenga más accidentes, muertes o desgracias que cualquier otro. Pero eso no ha evitado que muchos prefieran no casarse, viajar o tomar decisiones importantes un viernes 13. Por si acaso.